Al pasar de los años nuestra ciudad ha sido sitiada por políticos y ciudadanos que poco les importa nuestra ciudad, desde la construcción de parques completamente cerrados y amurallados hasta parques sin ningún tipo de aéreas verdes.

Pues desde que tenemos uso de razón nuestra ciudad ha ido hacia la deriva entre políticos sin ninguna preparación que solo quieren nuestro presupuesto, y ciudadanos que se dedican a la invasión de terrenos como deporte.

Al transitar por la carretera mella, principalmente frente al palacio municipal, podríamos apreciar que las autoridades tienen el problema en sus narices, pero desvían la mirada hacia otro lugar. En la Av. Charles de Gaulle, específicamente en el semáforo de la entrada de Invivienda, tenemos un problema igual o peor que en la intersección de la Charles con la Mella, cuando se unen estas dos avenidas principales el caos es visible y desesperanzador, no hace falta una gran imaginación para sentir que estas en una selva de África al posar tu mirada en cualquier rincón de esta intersección. Debajo de los elevados, completamente abandonados, los indigentes despiertan con el ruido de los choferes que a todo pulmón intercambian malas palabras y vociferan piropos vulgares a cualquier joven de camino a su universidad.  Por momentos hay más haitianos que dominicanos en las aceras con mercados improvisados, forzando al transeúnte a tirarse a la calle esquivando motoristas que a su vez esquivan tapones, el Amet en chercha con los supervisores de las guaguas San Luis y Súper Tucanos,  mientras a carcajadas disfrutan de ver a estas guaguas, llenas de pasajeros, echando carrera a to’ lo que da, y aquí uno se pregunta , ¿Quién nos defenderá ? ¿Acaso nada le duele a nadie? ¿o ya todos estamos resignados, de brazos cruzados mientras nuestro municipio se cae a pedazos? No tengo respuesta, lo qué si tengo seguro es que mientras el Gran Santo Domingo agoniza, no hay ningún doliente de ninguna clase política interesado en su recuperación.