La humildad es una virtud con la que pocos cuentan, es un ejercicio de la personalidad misma donde aquellos débiles en su interior hacen uso de la soberbia y arrogancia como escudo exterior. Esta coraza generada en muchas ocasiones por la ignorancia o quizás por la conquista acelerada de una u otra meta, provoca en el ser humana un efecto contrario, donde en vez de conjugar el éxito con valores que sirvan para enaltecer nuestra personalidad misma sobre la base de una conciencia aterrizada,  tomamos el medio que nos eleve tan alto como nuestros propios egos.

Es en este momento sublime donde empezamos a delirar por el éxtasis en el que nos encontramos y olvidamos que por aquel sendero donde iniciamos nuestro camino, descalzos y con llagas en los pies, tendremos que regresar.  Recuerda siempre querido y apreciado lector; hoy la balanza de la vida te tiene arriba, pero no sabes cuándo te toque abajo.