En nuestro país, en específico en muchas de nuestras grandes ciudades, existe una deficiencia en los resultados del sistema educativo como en el fomento de la cultura popular, requiriendo no solo de una reorientacion del plan estratégico de cada uno de estos ejes de desarrollo, sino además de una inclusión de los espacios públicos para potenciar estos modelos. Es la oportunidad que nos llama a promover el aprovechamiento de nuestros parques como centros reales de integración social orientados a ser centros culturales y de facilitación para los estudios.

De manera general, el parque en la ciudad se concibió originalmente como un espacio que se contraponía a la creciente expansión del territorio urbano, como un lugar que ofrecía refugio ante las áreas construidas y un sitio para la relajación y contemplación de la naturaleza. No obstante, en el transcurso de la historia se ha demostrado que un parque es un espacio en constante transformación, dando como resultado una variedad de tipologías las cuales han representado diferentes formas de pensar el parque. En este recuento, los parques urbanos han asumido varias funciones, como promotores de la cohesión social y como sitios para el resguardo de la biodiversidad en la ciudad, hasta como participantes de procesos socioambientales dentro del paradigma de la sustentabilidad urbana, para impulsar la mejoría en los niveles de bienestar social y de calidad ambiental en la ciudad.

Los parques urbanos encierran fenómenos más allá de una transformación en cuanto a estructura y función. Es en este punto, que la sociología del espacio puede aportar una serie de reflexiones teóricas en cuanto a su comprensión como espacio público. Los estudios socioespaciales urbanos han constituido un marco teórico desde el cual, a través de esfuerzos multidisciplinarios, se intenta comprender el vínculo entre espacio y sociedad.

Específicamente aborda la forma en que individuos y colectividades transforman el espacio natural en uno social; responde a cómo bajo diferentes procesos sociales y económicos, entre otros, se utilizan e intercambian significados con el espacio, al mismo tiempo que plantea una aproximación para entender de qué manera el espacio opera tanto en los individuos como en las colectividades.

En este sentido, los parques urbanos también han sido considerados lugares en los que se alienta tanto la vida pública como la interacción social. Integran colectivamente a personas de diversos estratos sociales que utilizan el parque principalmente para actividades recreativas y físicas, y por otras necesidades intangibles de ocio, como el contacto con la naturaleza, la contemplación estética o simplemente como escape del estrés cotidiano.

El parque, como centro de reunión, puede también promover desde el fortalecimiento de vínculos familiares y redes de organización social, hasta el sentido de pertenencia e identidad con el lugar.

Sin embargo, esto no ha sido siempre así. En el parque urbano también existe un déficit democrático. En su gran mayoría, son diseñados para ser centros de recreación y de preparación física, sin incluir espacios para la cultura y casi nulo para fomentar el estudio. En su espacio concebido, el parque ha excluido, marginalizado y creado tensiones entre diferentes grupos sociales a partir de ciertas premisas ideológicas relacionadas con concepciones de lo moral, el orden social, y la representación de la naturaleza urbana. Lo que en muchas ocasiones excluye las expresiones culturales tales como la música y el baile. Poco a poco en nuestras ciudades, estos se abren paso a regañadientes como si se tratase de ciudadanos invasores del espacio, cuando en realidad les pertenece tanto como a quienes les pretenden excluir.

Fomentar a través del diseño táctico una arquitectura que promueva una simbiosis entre lo cultural y los espacios para estudios con lo recreativo, que permita potenciar la captación de usuarios dentro de espacios idóneos para la práctica. Esto debe incluir una infraestructura física y tecnológica para tales fines, siendo una de las principales el acceso gratuito condicionado de Internet, para que estudiantes puedan acceder a fuentes de información permanentes y que jóvenes puedan crear redes de transmisión de su arte, a través de plataformas orientadas para ello. Inclusive crear acceso a foros para talleres sin límite de tiempo para cursos en línea y educación virtual.

Establecer reglamentos para el acceso, con restricciones a páginas de contenido inapropiado, establecer condiciones para el acceso gratuito tales como calificaciones escolares, etc. Para los fines generales, crear una base de apoyo del sector privado y público para que estos puntos de acceso permitan al usuario acceder a menor costo directo que el mercado general.